martes, 19 de noviembre de 2019

Todo es un sueño...

Todo es un sueño, y nuestros sueños, generalmente, son de dolor, sufrimiento, separación y muerte. Como consecuencia de ello, nuestras relaciones son especiales, en la creencia de que encontrar a alguien especial nos hará felices. Cuando nuestra relación se convierte en santa, el Espíritu Santo transforma nuestros sueños de sufrimiento en sueños felices, porque no esperamos nada especial de aquel que está a nuestro lado. Ya no nos preocupamos de lo que podamos obtener, sino de lo que podemos aportar. De esta manera, se nos ofrece la oportunidad de ver el mundo real, el mundo de los sueños felices.

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